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sábado, 27 de septiembre de 2008

Para entender ciertas obras, hay que tener conocimientos de otras mucho anteriores


Tríptico: El jardín de las Delicias, El Bosco. Óleo sobre tabla.

Dicen que es muy importante no perder la esencia de las cosas, y hace mucho que en este blog no se habla de arte, hecho que no quiero ni pienso consentir. Así que aquí está una de las obras más extraordinarias y fantásticas (al tiempo que misteriosa) de toda la historia del arte. Estoy segura de que no hay espectador a quien deje indiferente y, sin embargo, casi nada sabemos de ella a través de la documentación de su época. La obra tiene explicaciones contradictorias, imaginativas y disparatadas, pero yo os dejo con la conclusión que se explica en la guía del Prado, pinacoteca en la que se encuentra "El jardín de las Delicias":

"Si el tríptico está cerrado, se contempla una visión del Universo creado por Dios. Estamos ante el tercer día, y es entonces cuando surge el paraíso terrenal. Pero, terminada la creación, en el ala izquierda, se ve el paraíso con su definitivo final: Adán y Eva (...) También se adivina al diablo en la roca antropomórfica sobre la que se asienta el árbol del pecado, a la derecha. Es algo tan sorprendente que DALÍ se inpiró en ella para hacer el Gran Masturbador.

La tabla central describe al hombre que descubre todos los placeres, en especial los carnales, y que se deja atrapar gozoso por ellos. Se despliega un mundo de fantasía humana, animal, vegetal y aún inanimada, poblado de grupos desnudos en situaciones que no permiten la ambigüedad, arquitecturas fantásticas, frutos carnosos y suculentos que alcanzan dimensiones superiores a la altura de los hombres".

Fuente del párrafo entrecomillado: guía de sala EL BOSCO y la pintura flamenca del S.XV, Joaquín Yarza Luaces