
"Los Amantes", Magritte
Son amantes anónimos, no como individuos concretos, sino como la imagen de su deseo. Deseo que habita en nuestro interior. Deseo transgresor y mágico, mezcla de placer y dolor. Deseo en estado puro, sintiendo los labios a través de la tela, sin saber como terminará el cuadro, sin saber que pasará con los amantes cuando se separen sus bocas.
Y hablamos de conocernos y de desconocernos, de miedos y temores, de rostros cubiertos e ignorar quienes somos. Y saber que detrás de cada una de nuestras máscaras hay un individuo único y singular. Que la tranquilidad está justificada, que esta dulce y añorada calma no llega fortuitamente, sino porque estaba ahí, esperándonos.