La variable

Los ojos hinchados cuando te levantas no son el mejor síntoma. Causa de un berrinche repentino o de una mala resaca entre semana, las lentillas no entran en los ojos y notas que también el labio superior está un poco inflamado, respiras profundo, te plantas las gafas, los vaqueros y echas un zumo de naranja al bolso, que eso siempre se agradece cuando la cerveza aún esta diciéndote estoy aquíiii, correteando por tus venaaaas, y en un momento estás en la oficina, recordando recientes reflexiones baratas extraidas de conversaciones espontáneas en las que un buen amigo te escucha como un santo.

Y es que hasta ahora había pensado que en cuanto a relaciones sólo había dos tipo de personas: las que tenían pareja de toda la vida y las que habían tenido una pareja mucho tiempo y después de la ruptura no habían sido capaces de volver a tener una relación estable. Ahora me doy cuenta de que como en La Constante, el capítulo de Lost, sólo estaba teniendo en cuenta los datos fijos y no los que podían variar, y que existe un tercer grupo: los que no han tenido pareja nunca.

El caso es que el grupo A no puede entender al grupo B y viceversa. Intentar hablar de ciertos temas con mis amigas que tienen pareja desde el principio de los tiempos es totalmente imposible y desesperante. Pero es que el grupo C, el grupo C es que debería de estar prohibido a ciertas edades. Los egoísmos, la poca sensibilidad, los engaños en las cosas más gilipollas, la carencia de expresar sentimientos o emociones...todas esas cosas deberían de estar limitadas a la franja de entre los 16 a los 20. Y sino que vayan con un cartel por la calle avisándolo por favor, que los que queremos a una persona de verdad y ya sabemos lo que es perder a alguien tan especial no nos merecemos volver a pasarlo, al menos no sin previo aviso, que no estamos ya para perder el tiempo.

* Pd: pongo esta canción sin tristeza, al contrario, por los momentos buenos y bonitos que vivimos