martes, 16 de junio de 2009

No se trataba de su cara ni de sus modales. Era él: su punto de vista. Cuando hablaban de algo interesante, gente, música, historia, cualquier cosa, incluso cuando decían que hacía muy buena noche y que por qué no se sentaban en la terraza, su queja sobre Charles Tanskey era que sólo se sentía satisfecho cuando daba por completo la vuelta al tema, consiguiendo de algún modo brillar él y denigrarlos a ellos, y haciendo de paso que se sintieran incómodos por su manera avinagrada de dejarlo todo despellejado y exangüe.

Al Faro, Virginia Woolf

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ester, encontre las imagenes del autor que te comente de los encapuchados... en realidad son como sabanas... aca te paso el link para que lo veas, saludos!http://www.taringa.net/posts/imagenes/1012681/Para-los-amantes-del-Surrealismo-(3º-Parte).html

Esther* dijo...

Bieen! así me gusta, que tu investigación haya dado frutos :)
Un saludo!