viernes, 6 de marzo de 2009

Nadie es perfecto

A veces el pintor no encuentra el trazo ni el músico el acorde. A veces poner un punto de color en la ropa hace que el estado de ánimo mejore. No es la solución para dejar de echarte de menos, pero es un parche más al saber que nunca volverás. Y cuando llegue la primavera el manzano no estará podado ni habrá macetas nuevas para plantar petunias.

Es complicado encontrar el sentimiento perfecto, ese estado de ánimo óptimo, con una misma y con los demás. Es importante rozar la locura de vez en cuando porque solamente así se es lo suficientemente inteligente como valorar la cordura. Aunque la estabilidad absoluta es aburrida, por lo que prefiero seguir siendo de las que escapa de ella, le pese a quien le pese. Al final cada uno es como es y nadie es perfecto, no estoy escubriendo nada nuevo.

- Hablé con mamá. Se puso tan contenta que hasta lloró. Quiere que lleves su vestido de novia. Es de encaje.
- Eh, Osgood, no puedo casarme con el vestido de tu mamá. Ella y yo …no tenemos el mismo tipo.
- Podemos arreglarlo.
- Oh, no hace falta. Osgood, he de ser sincera contigo. Tú y yo no podemos casarnos.
- ¿Por qué no?
- Pues primero porque no soy rubia natural.
- No me importa.
- Y fumo. ¡Fumo muchísimo!.
- Me es igual.
- ¡Tengo un horrible pasado!. Desde hace tres años estoy viviendo con un saxofonista.
- Te lo perdono.
- Nunca podré tener hijos.
- Los adoptaremos.
- No me comprendes, Osgood. (Se quita la peluca). Soy un hombre.
- Bueno, nadie es perfecto.


Con Faldas y a lo loco, Billy Wilder. 1959

1 comentario:

Tomás dijo...

Me pregunto en qué que saxofonista deberían estar pensando Wilder y I.A.L. Diamond.